Abre la WiFi , Mother Fucker!!
Por motivos que no vienen al caso, soy un tipo que acostumbra
a ir a comer sólo . Mi ocupación es de jornada continua y por tanto almuerzo
cerca del trabajo, de modo que me paso la vida escudriñando los mejores
restaurantes de menú de la zona comparando precios, calidad, servicio, ambiente
etc.. La hora de la comida, aunque no me sirve para desconectar del todo, sí
que supone un pequeño oasis en mi rutina diaria. A pesar de ello, mis
dispositivos electrónicos vienen conmigo, y mi necesidad de conectividad les acompaña.
Por eso he acabado convirtiendo en una necesidad no únicamente el alimento que
consumo, sino la posibilidad de tener
una Wifi disponible que no deje a mi cacharro huérfano de bites o lo que es
peor, dependiendo únicamente de la cobertura y el plan de datos de mi operador
que, como todos los operadores en Españistán, es una mierda pinchada en un palo
(literal).
No disponer de Wifi
en un restaurante me resulta un motivo tan válido para no volver a él como una
mala comida, un servicio grosero o un ambiente escandaloso.
Por eso, al llegar a un nuevo restaurante, lo primero que
hago es comprobar si tienen wifi disponible, y si la tienen, mi primera
pregunta al camarero antes de hacer la comanda es que me diga la clave.
Por algún motivo que
no entiendo, España es de los pocos países que se autodenominan “desarrollados”
en los que aún tienes que hacer esa fastidiosa pregunta en un restaurante. Allá
donde he viajado, incluyendo países en vías de desarrollo, a estas alturas de
siglo el 90% de los bares y restaurantes tienen wifi y sus passwodrs están
debidamente expuestas en la carta del menú, en una pegatina sobre la mesa o con
diversos cartelitos distribuidos por el local. Pero Españistán es diferente. Aquí
no sólo no te evitan el engorro de tener que andar preguntando, sino que encima
en más ocasiones de las deseables, todavía te encuentras con reacciones airadas
en cuanto la solicitas. Y lo que es peor, con negativas a proporcionártela.
Evidentemente, cuando esto último me ocurre, me levanto y me voy. Pero no deja
de sorprenderme que con la competencia tan brutal que hay en la hostelería de
este país, un hostelero se deje pisar un cliente por la absurda manía cicatera
de no dar una wifi gratis.
Hoy he tenido que
repetir el ritual de levantarme e irme, pero además con la carga de sentirme
insultado por un idiota que en su afán de
justificar su tacañería, va y se pone a darme excusas técnicas del tipo “es
que no la abrimos para los clientes porque el datafono se vuelve lento”. Lento
debe ir tu cerebro para decir eso, pedazo de acémila, que estoy viendo un
router de fibra de movistar y para ralentizar tu datafono deberían estar todos
los comensales y los camareros y cocineros viendo videos en 4k en una
plataforma de pago.
Por otro lado, esta
es una ciudad (supuestamente) turística, y la zona en que me muevo, la más
turística de todas, donde se ven guiris todo el rato que después de visitar el
casco antiguo y hacer compras en la zona comercial, paran a comer, beber y
descansar. Y como todo extranjero que no tiene un plan de datos español, pues
necesita una wifi con la que consultar sus emails, echar un ojo al google maps
o mandarle fotos por whatsapp a sus familiares y amigos. En buena lógica,
elegirá para sentarse un sitio donde ponga bien visible FREE WIFI. O al menos
eso es lo que yo hago siempre que estoy de viaje.
Sin embargo muchos,
demasiados empresarios hosteleros siguen escuchando crepitar de rabia la sangre
en sus venas por ofrecer un servicio gratuito que son incapaces de concebir y
mucho menos entender.
También es verdad que
últimamente pulula mucho “hipster” metido a cocinero y empresario que reniega
de las tecnologías y no quiere que en sus restaurantes la gente ande
entretenida con el móvil, y mucho menos que le saquen fotos a sus platos, que
por algún motivo consideran que merecen toda la atención del mundo y las redes
se han convertido en un enemigo más que en un aliado. Y luego el totorota que
se queja de que “el tipo de aquella mesa lleva ocupando el sitio toda la tarde
y solo se ha tomado un café, así que quito al wifi”.
Pues a estos, que en
todo su derecho detestan las wifis, les conmino a que lo anuncien claramente en
sus locales, a la entrada, en el medio y hasta en los servicios, en vez de
tener que hacer pasar a la gente como yo por el papelón de tener que irse.
PD: Yo tengo un negocio, y en él la sala de espera tiene
wifi, una luz tenue y un delicioso té para disfrutar de la red todo el tiempo
que el cliente necesite. Y jamás se me atascó el datafono.
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