Recuerdo leer una entrevista con Steve Jobs. El genio muchimillonario, visionario y creador de Apple. El tipo indiscutible, iluminado, triunfador y tan sumamente rico, que cualquiera de sus discursos nos deben de llevar a análisis y reflexión. Y como todos sabemos, el tipo murió de una enfermedad incurable que toda la ciencia del momento no podía solucionar y toda su inmensa fortuna no pudo ayudarle a superar el trance y las limitaciones que su enfermedad consideró imponderables.
Y en ese discurso de un tipo audaz, inteligente, solvente y capaz, de lo que más se lamentaba es que todas sus virtudes y su inmensa fortuna no le iban a permitir comprar lo que más anhelaba en ese momento: TIEMPO. Nada iba a poder prolongarle una vida que se consumía y que no encontraba manera de atajar a pesar de sus descomunales recursos. Daba igual cuantos ceros tuviera su cuenta bancaria. Cuanto prestigio tuviera su trabajo. Cuan enorme fuera el reconocimiento mundial. Nada de eso iba a prolongar una vida que quería seguir teniendo y que se esfumaba sin poder hacer nada al respecto. ¿Habrá una forma de frustración más enorme que esa?. Eres un millonario, eres un gurú de la tecnología. El mundo te respeta y te adora. Pero te mueres por un puto cáncer. Y ni nada ni nadie lo va a cambiar. Y se murió cuando el destino y su enfermedad así lo decidieron. Ni siquiera Steve Jobs y su inmensa fortuna y su privilegiado cerebro pudieron comprar un puto solo minuto de vida.
Puede que tú ahora no tengas los 1500€ que pueda valer el último modelo de Iphone. Pero Steve podía tener todos los Iphones que quisiera y la muerte se lo llevó sin poderle comprar un minuto más de vida a pesar de su saldo millonario. Una vida que tú sí tienes. No te hace pensar?
Valora tu tiempo. Compártelo con los que quieres. Es la única cosa que no podrás comprar cuando la necesites. Puedes arrepentirte de haber derrochado tu dinero, de haber gastado más de lo necesario en chorradas...te puedes arrepentir de miles de cosas. Pero nunca te arrepentirás tanto de haber malgastado TIEMPO. No te preocupes de gastar en regalos costosos a tu pareja, a tus padres, a tus hijos...pero ten siempre claro que a la gente que quieres y que te quiere, el mejor regalo que les das es TU TIEMPO. Y lo mismo para lo que recibes de ellos.
Lleva a tu pareja a cenar juntos en algún lugar exquisito y especial....siempre valdrá más que un abrigo de visón. Lleva tus niñ@s de viaje y compartan juntos. Vale más que un móvil, una bicicleta, un coche o una moto. Agasaja a tus padres con un almuerzo compartido o un día de campo en familia....tiene más valor que pagar a una asistenta o servicios de diversa índole. Cuando das tu tiempo a los que quieres, das lo mejor y lo más caro que tienes. Todo lo demás es bisutería.
Hazme caso.